Desde que somos pequeños, nuestros padres nos enseñan a no jugar con la comida. Aquel niño que se atreve y desobedece, se arriesga a enfrentarse a la autoridad de su familia. Sin embargo, llega un momento en el que el arte culinario y la escultura se unen y los resultados pueden llegar a ser nefastos o sublimes. Estos artistas nos demuestran su inmenso talento de poder reproducir y crear grandes obras únicamente usando alimentos.

La comida en el plato

Hong Yi, arquitecta malasia, se dedica a hacer arte con objetos de la vida cotidiana. Recientemente, ha sacado una colección de obras de arte hechas en platos y utilizando diferentes condimentos y salsas.  Uno de sus trabajos más conocidos e impresionantes es la serie conocida como «31 días de creatividad con la comida». Una maravillosa serie de obras de arte efímero, creadas sobre el fondo blanco de un plato y con alimentos variados.  El arte efímero es toda expresión artística concebida bajo un concepto de fugacidad en el tiempo, de no permanencia como objeto artístico material y conservable. Por su carácter perecedero y transitorio, el arte efímero no deja una obra perdurable.

El paisajismo culinario

Carl Warner, inspirado por el propio Dalí y el dibujante Patrick Woodroffe, decidió dedicarse al mundo de la fotografía, añadiendo a su vez, un concepto visual gastronómico. El fotógrafo creó un nuevo tipo de arte llamado foodscapes. Este término proviene de la palabra inglesa landscape que significa paisaje. Utilizando frutas, verduras y un estudio fotográfico, Warner ha conseguido maquetas desde paisajes de granjas hasta una reproducción de La Gran Muralla China, a la que nombró The Great Wall of Pineapple.

La col china

Ju Duoqi, la joven artista china, versiona obras maestras en vegetales. Una Marilyn Monroe de col, una Mona Lisa de tofu, un Napoleón de patatas o incluso un Van Gogh de puerros son algunas de las fotocomposiciones digitales más conocidas de la artista.  Para una de sus colecciones llamada Las fantasías de la col china, Ju Duoqi tuvo que utilizar diversas técnicas de cocción de la col para darle matices y texturas diferentes y sostener la col mediante palillos. “Mi arte respeta el medio ambiente” añade Ju Duoqi en una entrevista. La pintura y la escultura necesitan materiales muy costosos, ocupan demasiado espacio y aun encima no son reciclables. La idea de utilizar vegetales surgió porque “son más baratos, están muy cercanos a nuestra vida y se pueden transformar fácilmente en otra cosa”. “Cuando termino de trabajar, me los como”, explica.

El mundo del arte está siempre en constante movimiento e innovación. Utilizar la comida para crear obras de arte es favorable tanto para el artista, como para el medio ambiente e incluso para el espectador. El alimento se convierte en su inspiración y cada vez más artistas se van sumando a este movimiento como por ejemplo Alfons Koller, Greer Pester o Iara Guedes.